1. El ejemplo
Madres:
Desde muy pequeños los niños tienden a imitar todas nuestras conductas, buenas y malas. Podemos aprovechar las costumbres cotidianas -como saludar, comportarnos en la mesa - para que adquieran hábitos correctos y, poco a poco, tomen responsabilidades. De nada sirve sermonearle siempre con la misma historia si sus padres no hacen lo que le piden
Padres:
2. Comunicación
Madres:
Las palabras, los gestos, las miradas y las expresiones que utilizamos nos sirven para conocernos mejor y expresar todo aquello que sentimos. Por eso, incluso durante el embarazo, hay que hablar al bebé. Debemos continuar siempre con la comunicación. Hablarle mucho, sin prisas, contarle cuentos y también dejar que él sea quien nos los cuente. ¿Has probado a hacerle una pregunta que empiece con «Qué piensas tú sobre...»? Así le demostramos que nos interesa su opinión y él se sentirá querido y escuchado.
Padres:
3. Límites y disciplina
Madres:
Hay que enseñarle a separar los sentimientos de la acción. Las normas deben ser claras y coherentes e ir acompañadas de explicaciones lógicas. Tienen que saber lo que ocurre si no hace lo que le pedimos. Por ejemplo, debemos dejarle claro que después de jugar tiene que recoger sus juguetes. Es importante que el niño -y también nosotros- comprenda que sus sentimientos no son el problema, pero sí las malas conductas. Y ante ellas siempre hay que fijar límites, porque hay zonas negociables y otras que no lo son. Si se niega a ir al colegio, tenemos que reconocerle lo molesto que es a veces madrugar y decirle que nosotros también lo hacemos.
Padres:
4. Dejarle experimentar aunque se equivoque
Madres:
La mejor manera para que los niños exploren el mundo es permitirles que ellos mismos experimenten las cosas. Y si se equivocan, nosotros tenemos que estar ahí para cuidar de ellos física y emocionalmente.
Padres:
5. Educación Sexual
Madres:
¿Cómo puedo educar a mis hijos respecto a la sexualidad? Revise su propia actitud hacia la sexualidad y aclare qué valores y principios quiere promover en sus hijos. Hable con naturalidad sobre lo sexual. Sea conciso y concreto y haga mención de sentimientos (qué se siente), valores (qué es bueno y qué no),responsabilidad (las consecuencias de nuestros actos y decisiones) Llame a las cosas por su nombre (al pan pan y al vino vino) y sobre todo asegúrese de que su hijo o hija le comprendió y pregúntele su opinión.
Padres:
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